- Lo que vivimos.
El teatro metro es el punto de partida.
Cuando la página del movimiento Zeitgeist empezó a promocionar el día Z de este año, debo admitir que el escepticismo era el vencedor de todos mis pronósticos. No solo temía que a nadie le interesara seguir el evento en Colombia, sino que además la promoción del evento nos llevara a discusiones bizantinas que no salieran del escándalo y la impresión fuerte que genera la primera película.
Es fácil creer que se puede hacer cualquier cosa; basta un pensamiento y un instante para creer que cualquier cosa es posible. La formula siempre es simple por lo general. Resulta en cambio muy difícil, creer que uno cree y puede crear su realidad. Vemos la historia de los hombres desde la comodidad del intérprete, humano, y utilizamos su mitificación de nuestro lenguaje y nuestras expresiones para mantenernos esclavos. Esclavos, no por las armas, naciones, leyes morales, inmorales y amorales que controlan nuestros sentidos, sino por nuestra voluntad de obediencia a los mitos y tabúes que nos atrapan en el ambiguo lenguaje humano.
Muchas de las personas que nos conocimos ayer, compartimos la convicción de entregar y recibir información que nos enseñe nuestras capacidades y posibilidades, pero aún con mayor fuerza, compartimos el deseo de conocernos y permitirnos creer que nuestra vida puede ser más tranquila, armónica y pacífica. Por eso coincidimos que el día Z y los documentales, son sinceramente un punto de partida para conocer nuestro talento y revelar los medios que nos lleven a una sociedad más equilibrada y útil para la totalidad de vida del planeta.
¿Y cómo fue el parche?
Alrededor de las 3 de la tarde, cuando era evidente que tendríamos un amplio retraso para iniciar (por un cable de sonido que estaba dañado en el teatro), se abrieron las puertas del teatro y me percaté de cuan equivocado estaba al pensar que éramos pocos los que nos animaríamos a conocernos y conversar un domingo de sagrada recocha. Los números lo comprueban: 100 personas estuvimos ocupando un espacio normalmente creado para 60 personas, y juntos reunimos exactamente $203.000 pesos para cancelar el valor exacto del teatro. Más de 20 personas se quedaron por fuera lastimosamente, pero algunos esperaron con paciencia y entraron cuando se dio un cupo. Algunos otros, se tuvieron que ir pronto porque venían fuera de Bogotá tan solo a conocernos y darnos su apoyo. En pocas palabras… nos quedamos cortos con el lugar y aprendimos que el riesgo de organizar un evento de éste tipo vale la pena.
Hacia las 4 p.m., solucionados los problemas técnicos y habiéndose iniciado el debate, iniciamos la proyección de Zeitgeist Addendum con sala total, full sonido después de larga lucha, y un nivel de atención espectacular. Desde la sala de proyección donde me encontraba, pude maravillarme de la sencillez de las personas que asistieron, en especial como NO se quejaron por comodidad o calor, como colectivamente se ingiere la densa primera parte de ZA, como se miraban algunos intrépidos al escuchar las confesiones de John Perkins, y finalmente cómo Jaque Fresco, quien probablemente podría ser abuelo del 90% de los asistentes, da una buena lección de ingeniería social.
Tal nivel de sincronización y orden, a pesar de los problemas, prueban por igual la ilusión de las coincidencias. Ayer, no hubo campo para ellas; tampoco para el odio, la testarudez y el egoísmo. Ayer esa pequeña sala, fue el espacio de luz que ningún tipo de oscuridad puede corromper.
Hasta las 9 de la noche aproximadamente, conversamos y generamos un acuerdo en común que nos une con los 450 eventos que se dieron ayer en 80 países del mundo: La única revolución posible es una revolución de nuestras conciencias en sus perspectivas individual y colectiva.
2 comentarios:
Let's do it
here we go!!
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