Y el secreto de la felicidad es...

El que Vanautu, ese país en el Pacífico Sur, sea el lugar más feliz del mundo naturalmente hace que muchos nos preguntamos ¿por qué están tan contentos?
Jean Pierre John vive en un sueño. Una de las fantasías más populares es ser dueño de una isla, con todo y sus palmeras cargadas de cocos, un mar lleno de corales y una selva tropical. Él tiene todo eso en la realidad. En la isla llamada Metoma, en el extremo norte de Vanuatu, Jean Pierre puede mirar a su alrededor y realmente decir que es dueño de todo lo que ve. Ese sólo hecho pone a Jean Pierre en un club exclusivo conformado por comerciantes millonarios, miembros de la realeza y estrellas de rock. Pero Jean Pierre no es ninguna de esas cosas. De hecho, no podría ser más diferente. En Metoma, Jean Pierre y su familia vive en chozas de paja. No tiene electricidad ni agua corriente, ni radio ni televisión, y su único medio de transporte es un bote con remos, lo que limita la capacidad de viajar a sólo la isla vecina. Encima, no tienen mucha plata y menos oportunidades para conseguirla. ¿Ven?, su vida en la isla no suena tan idílica. Pero la realidad es que la familia John realmente vive feliz. Aunque suene raro -particularmente a quienes viven en ciudades- en la isla no les falta nada. Productos locales Toda la comida que consumen se consigue en o cerca de Metoma. Cocos, yuca y batata -su dieta básica- crecen en la isla y luego, por supuesto, está el mar, lleno de peces. Si la proteína del pescado aburre, ocasionalmente se puede comer un murciélago de los que anidan en la isla. Ciertamente, la comida es tan fácil de conseguir que la familia parece contar con mucho tiempo para relajarse.
Cuando los Johns tienen algo de dinero -quizás tras vender una de sus vacas-, compran jabón en polvo y keroseno para sus lámparas. Pero si no, se pueden apañar con lo que encuentran en casa: hay unos palitos que pueden molerse para hacer jabón y el aceite de coco reemplaza al keroseno. Además, algunas cosas simplemente llegan con las olas. Boyas de botes son cortadas por la mitad para hacer tazones y viejas redes de pesca se tornan en hamacas. Puede sonar como una historia de Robinson Crusoe, y en muchos aspectos lo es, pero los Johns no son náufragos. Ellos viven en Metoma porque así lo decidieron. No es que no hayan probado las tentaciones del mundo moderno. Jean Pierre creció en una de las islas más grandes de Vanuatu y aún ahora va de visita de vez en cuando. Su hijo mayor, Joe, hasta fue al colegio en la capital del país. De hecho, Joe, un descomplicado joven de 28 años de edad, regresó recientemente a Metoma para quedarse y me dijo que la única cosa que extrañaba era la música hip hop, pero que no era nada comparado con el placer de vivir en la isla. Sin preocuparse por el dinero Jean Pierre no sabía que a Vanuatu lo han escogido, año tras año, como el país más feliz del mundo, pero cuando se lo dije asintió con la expresión de un cómplice feliz. ¿Cuál es, entonces, el secreto de la felicidad? "No tenerse que preocupar por el dinero", responde sin dudar. Si uno hace la misma pregunta en Inglaterra o en cualquier otro país, seguramente recibirá la misma respuesta. La diferencia es que, en el caso de Jean Pierre, no preocuparse por el dinero significa no necesitar tenerlo, no querer tener millones. Todos podemos repetir la mantra de "el dinero no compra la felicidad" hasta que nos quedemos sin aire pero, en el fondo, ¿cuántos de nosotros pensamos que es realmente cierto? Lo que yo observo es que la felicidad de Jean Pierre es más que cuestión de dinero. Viene también de tener a su familia cerca y no hay duda de que hay un respeto enorme entre ellos. La ausencia del materialismo Sus hijos -incluyendo aquellos que ya son adultos- hacen todo lo que su padre les pide, no por coerción sino porque genuinamente lo quieren complacer. ¡Olvídense de los Waltons! Los Johns son la verdadera familia feliz. Mientras hablaba con Jean Pierre, me sorprendí preguntándome si él era la persona más feliz que yo he conocido. Si se puede o no medir la felicidad es debatible, pero no hay duda de que Metoma -o Vanuatu entera- cuenta con los ingredientes para inspirarla. Los dos pilares de la clásica vida feliz -fuertes lazos familiares y la ausencia general de materialismo- son comunes en esta nación. Las cosas sencillas de la vida, al parecer, sí traen la felicidad. ¿Y usted qué opina? ¿Podría renunciar a todas las "comodidades" modernas como la familia de Jean Pierre y ser feliz? ¿Cree que el secreto de la felicidad es así de simple? escrito por Huw Cordey para la BBC

4 comentarios:

Unknown dijo...

Y me arriesgaria a decir que serian más felices en donde fueran vegetarianos jejejej <<:-)

Catalina De la Torre García dijo...

La felicidad viene de adentro, lo externo determina pero no condiciona, no es lo que cuenta. Podríamos estar en cualquier lado pero sólo mirando desde el interior podemos encontrar el eslabón mágico de la vida.

Dick Johnson dijo...

"No hay cuchara"

Evoluzion dijo...

Excelente articulo! Comparto con David lo del vegetarianismo, pero van en el camino.

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