Los posmodernos han criticado la astronomía de Kepler porque surgió de sus puntos de vista religiosos monoteístas medievales; la biología evolutiva de Darwin por estar motivada por un deseo de perpetuar los privilegios de la clase social de la que procedía o para justificar su supuesto ateísmo previo.
Algunas de esas denuncias son ciertas. Otras no. Pero ¿qué importan las tendencias o predisposiciones emocionales que los científicos introducen en sus estudios siempre que sean escrupulosamente honestos y otras personas con proclividades diferentes comprueben sus resultados?
Presumiblemente, nadie argüirá que el punto de vista conservador de la suma de 14 y 27 difiere el punto de vista liberal, o que la función matemática que es su propia derivada es la exponencial en el hemisferio norte pero otra en el sur. Cualquier función periódica regular puede ser representada con precisión arbitraria por una serie Fourier en las matemáticas musulmanes e indias. Las álgebras no conmutativas (donde A por B no es igual a B por A) son tan coherentes y significativas para los que hablan lenguajes indoeuropeos como para los que habla finougrio. Se pueden apreciar o ignorar las matemáticas, pero son igualmente ciertas en todas partes, independientemente de la etnia, cultura, lengua, religión e ideología.
Tomado de "El Mundo y sus Demonios" de Carl Sagan, p. 284. Año 1997.
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