George W. Bush, en el lente de Oliver Stone

brolinasbush.pngDifícilmente en la historia han existido personajes tan controversiales como George W. Bush. Entre odios y amores, fotomontajes, parodias y documentales ganadores del oscar, George W. Bush es el símbolo perfecto de la primera década del siglo XXI: Por una parte, representa el regreso triunfal del neoconservadurismo y del discurso del terror, y por otra parte, representa el altísimo nivel de ignorancia y sometimiento mental en el que el mundo occidental se encuentra.

Gracias a W, empresarios y ultraconservadores disfrazados de demócratas como José María Aznar, Tony Blair, Silvio Berlusconi, Vicente Fox y Álvaro Uribe Vélez, han logrado salir a flote con su inflada y poco eficiente lucha contra el terrorismo.

Gracias a W, el mundo tiene más armas y menos comida, más inseguridad y menos democracia.

Pero antes de someter ésta entrada a un juicio moral eterno, quisiera invitar al lector a reflexionar: Que pasaría si usted naciera en un lugar del planeta donde eres nieto de un señor llamado Prescott Bush, quien a mediados del siglo XX obtuvo ganancias billonarias al financiar el ascenso del fascismo en Europa y la recuperación monstruosa de Alemania después de la primera guerra mundial; todo esto junto a muchas empresas y mercados bursátiles de los países mal llamados Aliados. Claro, el abuelo además tiene sus secretos. Se reúne cada semana en un sitio cerrado de la universidad de Yale, roba calaveras, incluyendo la de Gerónimo, y le rinde culto a dioses malvados, mientras yace desnudo en un ataúd. Forzó a su hijo a hacer lo mismo, entonces es posible imaginar la suerte del pequeño George. Si el abuelo fue grandioso, el papá si que terminó de sentenciar su vida con su impecable hoja de corrupta vida. Es también miembro de una sociedad secreta que parece la fantasía de Dan Brown, pero existe, luego hace una carrera maravillosa como empresario y luego como político hasta llegar a ser director de la CIA, luego vicepresidente de Ronald Reagan (que triunfo!) y finalmente presidente de los Estados Unidos. En vez de jubilarse, George Herbert Walker, decide viajar por el mundo en representación de Halliburton, negociando petróleo y guerras con países islámicos verdaderamente fundamentalistas como Arabia Saudita.
Entonces queda la tercera generación con Jeb Bush y el gracioso pero poco brillante W. Eso sí, heredó el nombre de su honroso padre. Jeb, quien claramente era el favorito, hace una carrera prestigiosa mientras W deshonra a su familia y su madre con su alcoholismo prematuro y su pésima administración de las empresas petroleras familiares.
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¿Qué haría usted? - Quizás lo que cualquier delfín como Simón Gaviria, El Santo clan, Andrés pastrana y Germán Vargas Lleras deciden hacer en algún momento de su vida, (y que me perdonen los maravillosos delfines por compararlos con semejantes oportunistas).

Dejan su vida yuppie parcialmente, y se dedican a explotar sus apellidos presidenciables.

Eso fue lo que hizo George: decidió unirse a skulls and bones, convertirse en gobernador de Texas, postularse para presidente y luego llamar al gabinete de su padre para acompañarlo en la santa cruzada del petróleo y los recursos de medio oriente. Esta vez, completó la tarea para sentar las bases que su padre anunció en televisión el 11 de septiembre de 1990:

El Nuevo Orden Mundial.

Sip... el mismo que estás pensando.

Ese es el perfil de W. No faltará quien diga que en el mundo hay consenso y odio generalizado hacia W y que por lo tanto, no es un personaje controversial. Muchos de los que consideran que George Bush es un ayudante de Satán, son en su mayoría quienes lo respaldaron en su lucha contra el terrorismo 6 años atrás, y ahora son quienes saludan con un vago e ignorante optimismo la llegada de Barack Obama a la casa blanca.

En todo caso, Oliver Stone, quien seguramente no había podido dormir desde world trade center y Alexander, ha aprovechado la salida de W para hablarnos del hombre detrás de bambalinas. El resultado es una película entretenida que reivindica a Oliver Stone en su forma de entretener, resalta el señor actor que es Josh Brolin (Milk, no country for old men), y goza de un reparto especial donde sobresalen Richard Dreyfuss, Thandie Newton, Ellen Burstyn, James Cromwell, Scott Glenn y Jeffrey Right, en los papeles correspondientes de Dick Cheney, Condoleeza, Barbara Bush, George padre, Donald Rumsfield y Colin Powell.

Por supuesto, Stone es más conocido por hablar de temas espinosos del mundo de las conspiraciones, que por su rigurosidad histórica. Es evidente que el trasfondo de la película es también cuestionar el papel imperialista de Estados Unidos en medio oriente y su forma de saltarse cualquier tratado internacional vigente. Por supuesto, hay temas omitidos y temas innecesarios, al mejor estilo de Oliver Stone. La verdad a medias, pero es mejor que verlo en sus viajes a Cuba y su ritualización de Fidel.

bushfucka.jpg W. es la imagen del sujeto detrás del odio y las burlas que recibimos todos los días por internet de este mítico texano. Es el reflejo de un hombre apasionado por el Baseball, en el rol de nieto e hijo de Prescott y George Herbert, que tarde o temprano se convierte en el instrumento por el cual el mundo que conocíamos, lentamente desaparece desde el 2001. También nuestras libertades y la poca justicia que tristes 200 años de vida republicana habían lentamente logrado. Esto es para la historia George Bush hijo: otro conejillo de indias de turno que el mundo ha decidido satanizar para evitar reconocer a su verdadero enemigo. Si ese era el propósito que tenían los que lo pusieron ahí, han hecho un excelente trabajo.

Ahora el siguiente acto ha iniciado con el milagro de Obama.

Aclaración necesaria para esta entrada: Para los maniqueistas que les encanta polarizar cualquier artículo publicado en contra de sus salvadores, aclaro que no soy partidario de Bush, estoy abiertamente en contra de las políticas internas y externas de su gobierno, y me fastidia aún más que gracias al falso positivo más grande de esta década (9/11) exista en muchos países la replica del mismo discurso y el mismo perfil del texano. Aún así, no le como a Obama, de la misma manera que no le comeré a Ingrid, Lucho o al promiscuo Arias cuando nos prometan cielo y tierra para llevarnos a la paz y a la salvación de estas tierras.
No lo han hecho en 200 años, no lo van a empezar a hacer ahora. Les dejo a Bill Hicks, hablando de George Bush padre, y luego un video bastante gracioso que anda rotando en internet acerca de una escuela primaria bastante más avanzada que la comisión del 9/11.

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