Sobre Hollywood...

"Hollywood es una maquiladora de sueños, una mina de entretenimiento en donde pocas gemas brillan con intensidad, en ella trabajan artistas que no usan overol ni sombrero, pero que compiten laboriosamente por un logro común y especifico: alcanzar la fama de una estrella impresa en suelo terreno. Aleccionadora de mentes y dirigente de conciencias, Hollywood se alza como un totem de un mundo moderno, en donde, el lindo se junta con la linda, en un final feliz y el feo no será mas que un acompañante; en donde, hay monstruos que siempre son aterradores y el humano es el aterrado; en donde un "efecto especial" vale más que una imagen y que un mensaje juntos, en donde existen héroes emancipados y villanos humillados, y principalmente, en donde el exito se mide en las taquillas. Hollywood, todo lo da facil y listo para consumir, no hay que digerir mucho y solo hace falta un poco de pop corn y una coca cola, para pasarla bien. Eso es Hollywood y mucho menos."
David D.
Esta dialogo en mi menor, nace libre y espontaneamente despues de leer un fragmento de un gran libro que un amigo en común me enseño, Memoria del Fuego, el siglo del viento, del inconfundible y siempre recordado Eduardo Galeano. Porque los libros expanden tu mente, nunca dejes de hojear alguno... ¿Acaso quien seguir siendo el mismo? Transcribo ese fragmento que ataco severamente mi cortex cerebral,
1942 Hollywood
Brecht
Hollywood fabrica peliculas para convertir en dulce sueñera la espantosa vigilia de la humanidad en trance de aniquilación. Bertolt Brecht, desterrado de la Alemania Hittler, está empleado en esta industria de somníferos. El fundador de un teatro que quiere abrir bien abiertos los ojos de la gente, se gana la vida en los estudios de la United Artist. Él es uno más entre los muchos escritores que trabajan para Hollywood con horario de oficina, compitiendo por escribir la mayor cantidad de tonterias por jornada. Un dia de éstos, Brecht compra un pequeño Dios de la Suerte, al precio de cuarenta centavos, en una tienda china. Lo ubica en su escritorio, bien a la vista. A Brecht le han dicho que el Dios de la Suerte se relame cada vez que lo obligan a tomar veneno.
1942 Hollywood
Los buenos vecinos del sur
acompañan a los Estados Unidos en la guerra mundial. Es el tiempo de los precios democráticos: los países latinoamericanos aportan materias primas baratas, baratos alimentos y algún soldado que otro. El cine exalta la causa común. En las películas rara vez falta el número southamericano, cantado y bailado en español o portugués. El Pato Donald estrena un amigo brasileño, el lorito José Carioca. En islas del Pacífico o campos de Europa, los galanes de Hollywood liquidan japoneses y alemanes por montones: cada galán tiene al lado un latino simpático, indolente, más bien tonto, que admira al rubio hermano del norte y le sirve de eco y sombra, fiel escudero, alegre musiquero, mensajero y cocinero.

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