La sociedad de la información: Debates actuales

Compartimos con ustedes éste artículo de Adolfo Castilla, donde se expone el pensamiento del científico "profeta" Ray Kurzweil, acerca de un futuro cuya aceleración tecnológica nos puede sorprender aún más de lo que pudimos ver en el siglo XX.
Previamente, un artículo en inglés de Ray Kurzweil donde se expone una visión radical y diferente del futuro, en base al conocimiento tecnológico actual. Por supuesto, esperamos que éste material sirva de reflexión para el desarrollo de una economía basada en los recursos.
La ley de la aceleración regresa, por Ray Kurzweil.
La sociedad de la información: Debates actuales Escrito por Adolfo Castilla Tomado de http://www.tendencias21.net/Prospectiva/archives/2006/10/
La información existente hoy sobre la llamada Sociedad de la Información y del Conocimiento es extensa en todos sus aspectos. La Nueva Economía generada por ella es asimismo un tema muy divulgado y muy popular. Difícil referirse a ello de una manera breve. Un intento de señalar lo esencial nos lleva a prestar atención a tres dimensiones de la revolución de la información. Una, la tecnología digital y el ordenador que constituyen su substrato tecnológico. Dos, la Nueva Economía que marca el camino de las aplicaciones y la creación de riqueza en lo que terminan siempre todas las revoluciones tecnológicas, con Internet como cumbre potencial de esta revolución por el momento Y, tres, el modelo interpretativo del mundo que proporciona la información, con sus componentes de almacenar, cortar, pegar, copiar y transmitir, y la posibilidad de aplicarlo a las revoluciones científicas y tecnológicas venideras. En relación con la tecnología digital y el ordenador, los avances son sorprendentes de un día para otro. La miniaturización y la capacidad de cálculo de los microchips (a los cuales habrá que llamar muy pronto nanochips) parecen no tener límite. Las leyes combinadas de Moore, Metcalf, Law of Arial Density, Gilder, ley de los “retornos crecientes” y otras, incluida la de “retornos acelerados” de Kurzweil, delinean un increíble panorama de evolución de las TIC. Es difícil, a la vista de tal panorama, estar en desacuerdo con las explicaciones de ese autor y su destacado concepto de “singularidad”. La primera de estas leyes, formulada por Gordon Earle Moore (1929 - ) en 1965, es una ley empírica surgida de la simple observación de un gráfico lineal en el que en el eje de abscisas se marcaban los años y en el de ordenadas el número de transistores incluidos en un circuito integrado. Gordon indicó en un artículo escrito en Electronics Magazine en el abril del año mencionado, que el número de transistores en un circuito integrado se duplicaba cada veinticuatro meses. La segunda debida a Robert Metcalf (1946 - ) es simple y lógica, dice que el valor de una red de telecomunicaciones es igual a N2 , siendo N el número de usuarios. Posteriormente se señaló que Metcalf había sobrevalorado dicho valor ya que puesto que un usuario no puede llamarse a sí mismo, el valor sería, por tanto, N(N-1)/2. La llamada en inglés Law of Arial Density se refiere a la densidad de almacenamiento, la cual parece doblarse cada doce meses. En cuanto a la Ley de Gilder, su formulación se debe a George Gilder, visionario de las telecomunicaciones y autor muy reconocido, especialmente por Telecosm. En sus obras ha indicado que la capacidad de comunicación de los cables (fibra óptica y sin hilos), o según otras interpretaciones, el ancho de banda transmitido por dichas conexiones, evoluciona a una velocidad por lo menos tres veces superior a la de la potencia de los ordenadores. Si dicha potencia se duplica en dieciocho meses, según una de las interpretaciones de la Ley de Moore, la capacidad de comunicación se duplica cada seis meses. La Ley de Rendimientos Decrecientes, constituye una ley básica de la ciencia económica, especialmente relacionada con la producción de productos. Tiene que ver con el concepto de escasez alrededor del que dicha ciencia se ha creado. En su expresión más simple se refiere a lo siguiente: a medida que se aumenta la cantidad de factor variable utilizado en la producción, los aumentos que se logran en el producto a partir de un cierto momento, empiezan a disminuir. Lo que tiene de interés dicha ley en relación con las TIC, es que autores determinados, han insinuado que en los productos y servicios relacionados con Internet puede darse una situación contraria: el rendimiento puede ser creciente a medida que un determinado producto se introduce en el mercado. Los conceptos son aquí algo capciosos, porque uno de los fenómenos en los que dichos autores se apoyan es el caso del software Windows de Microsoft, el cual se hizo rápidamente con un porcentaje muy grande del mercado y cada unidad añadida suponía mayor rendimiento. También influyó en ello la burbuja en el mercado de valores de las empresas punto.com que se produjo a lo largo de varios años hasta la primavera del 2000. Se creyó entonces que en la Nueva Economía o en la “economía de la Red”, las cosas eran distintas a las de la economía convencional. Autores como Stan Liebowitz han desmontrado la falsedad de dicha asunción, aunque algo queda en el ambiente que impregna a los especialistas de las redes y de la economía de Internet. La combinación de todas esas leyes, y de la evolución general de la economía capitalista, y especialmente de los conocimientos científicos y tecnológicos en los que dicha economía se apoya, han llevado a Ray Kurzweil, como se ha dicho en otros comentarios, a sugerir la existencia de una ley de crecimientos acelerados de la que deduce su noción de “singularidad”. El concepto de “singularidad” en sí procede del genial científico John von Neumann, padre de la cibernética y precursor de la actual revolución de la información. En los años 50 prestó atención al progreso acelerado de la tecnología e imaginó un tiempo singular en el que las cosas cambiarían tanto que la humanidad no podría seguir funcionando de la forma tradicional. Kurzweil cree fervientemente en la idea de la singularidad futura a la vista de los cambios acelerados de la tecnología, mucho mayores hoy que en los años 50, especialmente los relacionados con la tecnología digital y el software, sector del que él mismo procede. Cree además, como muchos otros científicos hoy, que la palabra que mejor iría para nombrar la esencia de la biología molecular es “digital”. Igual que es digital el mundo de la doble hélice de Crick/Watson en el que el genoma humano puede medirse en gigabases, de la misma forma que la capacidad de un pen drive puede medirse en gigabytes. Cree en resumen que la Genética es pura tecnología de la información. La nanotecnología está también íntimamente ligada al software, según Kurzweil. Los circuitos electrónicos son ya hoy más de un millón de veces más rápidos que los circuitos biológicos del cerebro humano, pero lo serán mucho más cuando en el interior del cerebro pueda haber circuitos basados en nanotubos, los cuales serán como quinientas veces más pequeños que los menores transistores de silicio de nuestros días. Las señales viajarán y los cálculos se producirán en esos circuitos a velocidades cercanas a los terahercios (un millón de millones de operaciones por segundo) en comparación con los varios gigahercios (mil millones de operaciones por segundo) de los microchips actuales. En lo relativo a la Inteligencia Artificial, dispondremos de grandes ordenadores capaces de emular la inteligencia humana para el 2010 y tal capacidad estará disponible en ordenadores personales diez años más tarde. Los ordenadores serán capaces de pasar un test de Turing los primeros años de la siguiente década. Los ordenadores entonces, a través de tecnología de reconocimiento de patrones, tendrán la capacidad de aprender como aprenden los humanos y podrán descargar y acumular información, conocimientos y habilidades procedentes de otras máquinas y de los propios cerebros humanos. Los nanobots tendrán miles de papeles que desempeñar en el cuerpo humano, entre ellos el de invertir el proceso de envejecimiento de las personas, actividad en la que completarán y perfeccionarán lo que se haga ya por puros procedimientos biotecnológicos. Miles de millones de nanobots inmersos en las capilaridades del cerebro ampliarán considerablemente la inteligencia humana. Una vez que la inteligencia artificial se instale en el cerebro humano el crecimiento de sus capacidades será exponencial, superando con gran rapidez la parte biológica del cerebro, con lo que la no biológica predominará y podrá tomar el control. A parte de esas cuestiones de aceleración de las capacidades de cálculo, almacenamiento y transmisión de datos, fuertemente relacionadas con las tecnologías de la información y comunicación, los ordenadores en sí en lo relativo a sus componentes básicos están sometidos también a fuertes cambios tecnológicos. En los próximos años, por ejemplo, se esperan ordenadores de naturaleza distinta a la actual de por lo menos tres tipos: Ópticos, Biológicos y Cuánticos. Desde el punto de vista de las aplicaciones prácticas la Sociedad de la Información ha sido denominada también Sociedad Red y lo que ha dado de sí lo vemos hoy plasmado en la industria del ordenador y los numerosísimos productos basados en ese artefacto, por decirlo de alguna manera, y, sobre todo, en las grandes empresas de telecomunicación, en las redes por ellas mantenidas y en las plataformas de todo tipo a ellas conectadas, por lo que se refiere al lado de la oferta. Por el lado de la demanda están las empresas de todo tipo y los individuos conectados a ellas. Este esquema de sociedad y de economía se extenderá hasta el punto de que todo será al final un conjunto de redes universales y unas plataformas proveedoras de servicios a las que todos estaremos conectados y de las que obtendremos la mayor parte de lo que necesitaremos en términos de trabajo, ingresos, formación, cultura, diversión, ocio y múltiples aspectos más. Todas las unidades diversas (individuos, familias, empresas e instituciones) conectadas a ellas compartirán con su carácter de unidades productivas y de unidades consumidoras al mismo tiempo, todos seremos practicantes, dicho sea en inglés, del “prosumption”. Las plataformas, por otra parte, serán mucho más numerosas que las actuales y de características distintas: en vez de proporcionar todo tipo de información y de ser información pasiva como la actual, serán mucho más especializadas y numerosas y la información será siempre nueva y creada ad hoc (información emergente o producida en el momento de sus utilización.)

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