Tao Te King: El libro del mes de Julio

Hacia el siglo VI a. C., apareció en China una obra de cinco ideogramas: EL Libro de la Vía y de su Virtud, el Tao Te King, que iba a dejar una profunda huella en la espiritualidad china y que se convertiría en uno de los mayores clásicos de la literatura mundial, a semejanza de la Biblia o el Corán. Toda la obra se basa en el concepto del Tao, lo sin forma, lo sin nombre, la constante eterna, indistinta, que sería la energía fundamental que sostiene el universo y su movimiento.

La versión de Richard Whihem, una de las mas prestigiosas, está precedida por un extenso comentario, en el que el autor analiza de modo pormenorizado los intrincados meandros y recodos de una de las enigmáticas y profundas filosofías de todos los tiempos.

Éste es el libro del mes de Julio de nuestro blog, pueden descargarlo en éste vínculo:


Las enseñanzas de LAO - TSE.


El antiguo taoísmo chino enseñaba que en el cielo hay un Dios del que depende la tierra, que premia a los buenos y castiga a los malos. Este Dios poseía conciencia humana y era como el rey Wen, que toleraba a su alrededor a los santos elegidos. podía ponerse furioso y castigar cuando los hombres eran malos, pero cuando sus sacerdotes y sustitutos, se limpiaba y se acercaban a El, de forma correcta, (a través de sacrificios), al final siempre les perdonaba y se compadecía de ellos. Tomaba como padre el cielo y aceptaba como madre a la tierra, sin que los pensamientos monoteísta afectaran esta concepción; habían un montón de viejos espíritus de la naturaleza que dependían del cielo, pero con sus propias ocupaciones; como si fueran los súbditos del rey. Esta forma de religión tomó lugar bajo el ímpetu de horribles acontecimientos que nada tenía que ver con un Dios del cielo. Los pobres eran martirizados aun siendo hombres inocentes. 
 
La filosofía china comienza con Lao Tse por apartar radicalmente el antropomorfismo de la religión. El cielo y la tierra no poseen ningún sentimiento humano de amor; los entes que hay sobre la tierra son como perros de paja destinados al  sacrificio. Antes de perros de paja fueran sacrificados en las fiestas eran metidos en un cofre y cubiertos con ricas telas bordadas. El sacerdote oficiante se acercaba para llevarlos al altar donde eran ofrecidos y a continuación los arrojaba de forma que los traunseantes pudieran pegarles en la cabeza y espalda, luego los despuntadores los recogían para quemarlos.

Así se comporta la naturaleza con todos los seres vivientes. Mientras están en auge encuentran la mesa de la vida puesta y todo preparado para que lo utilicen. Pero cuando les llega la hora de ser tirados y pisados, el flujo de la vida pasa por delante sin prestarles atención. Lao Tse también estaba libre de cualquier escepticismo o pesimismo. No era un repentino luchador de la religión popular sino que en su lugar traía algo que lo sustituía, algo más alto y que llevaba más lejos, pues reconocía en la vieja sabiduría del libro de las Transformaciones, que el ser del mundo no era de bendiciones estática o mecánica. Conceptuaba a la tierra en continuo cambio y transformación. Para él todo lo que existe está destinado a la muerte, porque  nacimiento y muerte son opuestos, mas siempre van unidos, y aunque todo lo que transcurre se va, esto no es motivo para decir "todo es en vano", porque en el mismo libro de las Transformaciones se enseña que cualquier transformación se efectúa por normas fijas. El libro de las transformaciones indica que el mundo se apoya en los pares de opuestos: el Creador y lo creador, el uno y el dos, la luz y la oscuridad, lo positivo y lo negativo, lo masculino y lo femenino; son aspectos de la fuerza de los dos polos que que traen los cambios y las transformaciones. Estas fuerzas no pueden ser tomadas por el principio, porque la visión del Libro de las Transformaciones está lejos de cualquier dualidad, estas fuerzas están en cambio continuo. El uno se divide y se vuelve dos. El dos se une y se convierte en uno. El creador y lo creado se unen y constituyen el mundo. Así pues, dice Lao Tse, el uno produjo al dos, el dos produjo al tres y el tres produjo todas las cosas.

En el libro de las Transformaciones se expone que existe la línea no dividida del Creador y la línea dividida de lo creado. Pero Lao Tse también vio en el libro de las Transformaciones que estos cambios, no son una casualidad. en este libro se habla de una triple transformación. El cambio cíclico, como por ejemplo las estaciones del año. De un estado se pasa a otro, más en el transcurso de este cambio entra otra vez el primer estado. Así al invierno le sigue la primavera; el verano, el otoño, y se vuelve a comenzar el invierno, con el cuál queda cerrado el circulo de la transformación. Estos cambios son las transformaciones cósmicas. El adentrarse y el retroceder del sol en el transcurso del día y del año. El crecer y el menguar de la forma, primavera otoño, nacimiento y muerte.

El segundo tipo de transformación es la constante evolución. Un estado conduce a otro, pero no se regresa al estado primario sino que el desarrollo continúa con el tiempo.

Así son los días del hombre. Aunque sumergidos en los ciclos del cambio de las estaciones, no son iguales.

El Tao es la fuente primaria cósmica de la que parte la creación, pero nunca aparece como tal. Lao Tse no hace su afirmación sobre el Tao de una forma científica. No puede testificar la naturaleza de la esencia, pero señala los caminos por los que se puede llegar a la experiencia del Tao.

TEXTOS EXTRAÍDOS DEL TAO TE KING
VERSIÓN DE RICHARD WIHELM

1 comentario:

Anónimo dijo...

Busco establecer contacto aqui en Colombia con hermanos con los que pueda compartir sobre filosofia taoista e incluso fundar una fraternidad pero de forma sana y equilibrada. No como la locura y secta destructiva de Kelium Zeus que desgraciadamente desdibujo entre quienes no conocen la imagen del taoismo en Colombia y America.

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