El Comité de Investigación Científica de Declaraciones Paranormales es una organización de científicos, académicos, magos y otros dedicados al examen escéptico de pseudociencias emergentes o en pleno desarrollo. Fue fundado por el filósofo de la Universidad de Buffalo Paul Kurtz en 1976.
He estado afiliado a él desde el principio. Su acrónimo, CSICOP, se pronuncia «scicop», como si se tratara de una organización de científicos que realizan una función de policía. Las críticas que presentan los que se sienten heridos por los análisis que hace el CSICOP suelen ser así: es hostil a toda nueva idea, dicen, serían capaces de llegar a unos niveles absurdos en su rígido desenmascaramiento, es una organización vigilante, una nueva Inquisición, y así sucesivamente.
El CSICOP es imperfecto. En algunos casos, esta crítica está justificada hasta cierto punto. Pero, desde mi punto de vista, el CSICOP cumple una importante función social: como organización conocida a la que pueden dirigirse los medios de comunicación cuando desean oír la otra parte de la historia, especialmente cuando se decide que alguna afirmación asombrosa de pseudociencia merece salir en las noticias. Solía ocurrir (y todavía es así en gran parte de los medios de comunicación globales) que, cuando salía un gurú que levitaba, un visitante extraterrestre, un canalizador o un curandero en los medios de comunicación, se trataba el tema sin profundidad ni crítica. No se presentaba ninguna memoria en el estudio de televisión, diario o revista sobre otras afirmaciones similares que habían demostrado ser patrañas y engaños. El CSICOP representa un contrapeso, aunque su voz todavía no es bastante alta ante la credulidad en la pseudociencia que parece intrínseca a gran parte de los medios de comunicación.
"El Mundo y sus Demonios", p. 325.
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