Jones se sonrió abiertamente cuando Willow levantó las manos.
-Había un granjero en Diamond, Missouri que se llamaba Moses -Jones continuó-, que tenía una esposa llamada Susan. Ellos vivían en un estado esclavista, pero no creían en la esclavitud. Y bueno, eso era un problema para aquellos locos que iban por la granjas de noche, montados a caballo, aterrorizando a los que ellos llamaban «simpatizantes». Y una noche fría de invierno, los Quantrill Raiders atacaron la granja de Moses y Susan. Ellos quemaron la granja, les dispararon a varias personas y se llevaron a rastras a Mary Washington, quien se rehusó a soltar a su bebé llamado George.
-Ahora bien, Mary Washington era la mejor amiga de Susan, así que Moses envió un mensaje inmediatamente, tratando de pautar una reunión con esos asesinos e intentar que dejaran regresar a Mary y a su hijo. En unos cuantos días logró organizar la reunión, y así, en una noche de enero, Moses tomó un caballo negro y cabalgó hacia el norte por varias horas hasta llegar a un cruce de caminos en Kansas.
-Allí se encontró con cuatro hombres de la cuadrilla de Quantrill, quienes llegaron montados a caballo y con antorchas. Todos llevaban sacos de harina sobre sus cabezas, a los que les habían cortado agujeros para los ojos. Y Moses intercambió a su único caballo por lo que le tiraron dentro de un saco de tela de costal.
-Mientras se retiraban los hombres haciendo un gran estruendo, Moses cayó de rodillas al suelo. Y allí, en la helada oscuridad, exhalando fuertemente el vapor blanco de su respiración, Moses sacó del saco de tela de costal a un bebé frío, desnudo y casi muerto. Abrió su chaqueta y sus camisas y se pegó el bebé a su piel. Moses sujetó a ese niño debajo de su ropa ¡y recorrió todo el camino con él! Iba hablándole al bebé por todo el camino, diciéndole que lo iba a cuidar y a criar como si fuera su propio hijo...prometiéndole que le iba a dar una educación en honor a Mary, su madre, quien ya sabía que estaba muerta.
Jones miró a Willow fijamente, y esta le devolvió la mirada con asombro.
-Esa fue la noche -dijo Jones suavemente-, en la que el granjero le dijo que le iba a dar su nombre. Y así fue como Moses y Susan Carver llegaron a criar a ese pequeño bebé, George Washington.
-¿Qué le parece? Obviamente fue el granjero de Diamond, Missouri el que salvó a esos dos billones de personas.
Se quedaron sentados por un momento sin decir ni una palabra, hasta que Jones levantó un dedo como que si se le acabara de ocurrir un idea.
-A menos que...-dijo Jones bromeando.
Pero luego, al ver las lágrimas en los ojos de Willow, dijo:
-Así que como usted puede ver, podemos continuar esta línea de razonamiento por toda la tarde. Pues en verdad, ¿quién sabe cuál fue la acción que hizo alguien en particular la que salvó a esos dos billones de personas? ¿Qué tan lejos podríamos retroceder?
Tomado de La Maleta, p. 95 - 97.
Parte 2 aquí.
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